"Alguien dijo: ¿amor a primera vista? Es una de esas miradas que nos hace odiar tener ojos. Es de esas sensaciones que se asemejan al instante exacto donde dos autos colisionan dejando muertos y heridos regados por la carretera. Es de esas expresiones que anuncian el fin de nuestra calma porque comenzamos a dudar de nuestra sensatez. ¿Ves a qué me refiero? Aquí no hay romanticismo sino tragedia porque no sabemos si tendrá un buen final de telenovela.
¿Y
si eres casada? Peor. El mundo te va a aplastar despiadadamente si no eres
consciente de que un nuevo sentimiento está invadiendo tu tranquilidad y
dejando marcas en tu piel y rastros en tus ojos y actitudes que te pueden
delatar. Miras a todos lados a ver si alguien más se ha dado cuenta del rubor
de tus mejillas y del brillo insurrecto de tu alma que se desborda a través de
tu mirada. ¡Qué incomodo!, ¿verdad? Aprende a disimular. Marina me decía: “La
gente no será tonta pero sí distraída.
Aunque digan lo contrario, las mujeres infieles no obtienen la misma indulgencia que los hombres. Ellos no encajan en la categoría de santos -salvo aplaudibles excepciones- y no son capaces de convivir con una pareja desleal como se espera que lo haga una mujer, si es esa su decisión. Algunas piensan que es normal aceptar la infidelidad masculina, mientras que la femenina es considerada un pecado que no merece perdón.
Mujeres
no pierdan tiempo, energía y lágrimas suplicando clemencia. Nosotras no
buscamos la infidelidad, ella nos encuentra en el peor de nuestros momentos
para llenar nuestras carencias; es ahí que aparece como un milagro o una
maldición. Después lo sabremos". (Derechos de Autor. Prohibida su reproducción).
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